Ansiedad infantil

Por desgracia y sobre todo en estos momentos, la ansiedad infantil es un problema cada vez más común.
Lxs niñxs están muy expuestos a demasiados estímulos y a veces, los adultos no llegamos a controlarlo todo.
Por otra parte, el estrés al que ahora está sometida la infancia, haciéndoles cargar con el peso de la “culpa o responsabilidad” de ser posibles focos de contagio, no ayuda en absoluto. El hacerles temer acercarse, jugar o abrazarse a sus amigxs o incluso la autorresponsabilidad que muchxs se han adjudicado para actuar de “controladores” y asegurarse que las medidas se cumplan correctamente, puede generar un estado de estrés el cual no saben gestionar. Del mismo modo, el agobio que les debe producir, estar atentos de cumplir dichas normas.
Lxs adultos nos sentimos felices e incluso orgullosxs de lo bien que se han adaptado a esta nueva situación, pero, ¿realmente se han adaptado a ella o simplemente se han resignado?
Antes de la pandemia, para muchxs niñxs ya era complicado encontrar momentos de juego libre, pues el horario social en el que los hacemos vivir, no deja demasiado tiempo a las madres y padres para prestarles la atención que requieren o cubrir sus necesidades emocionales.
El horario escolar, junto con las extraescolares y el tiempo que deben dedicar a hacer los deberes o trabajos de su centro educativo, les concede muy poco espacio al día para jugar, sentirse o disfrutar de su entorno.
Además, debemos añadirle a esta época que, ese poco tiempo que tenían antes para jugar con sus amigxs o estar con sus familias ahora deben invertirlo de otro modo, ya que a la mayoría no se les está permitiendo relacionarse y deben distraerse con otros medios como, por ejemplo, la tecnología, con lo que ella conlleva…
¿Cómo saber si están viéndose afectadxs por esta peligrosa enemiga llamada ansiedad?
La ansiedad puede manifestarse de muchos modos y no siempre la ansiedad infantil, será manifestada como la ansiedad en los adultos, ya que puede haber diferencias.
Algunos síntomas de la ansiedad infantil son:
- Fobia social: se produce cuando es incapaz de relacionarse con los demás por una fuerte timidez.
- Mutismo selectivo: se produce con la falta de habla en situaciones que se espera que el infante habla.
- Ansiedad por separación: se produce cuando al niño/a le afecta de manera profunda el tener que separarse de sus padres. No sólo por un largo periodo (si de un viaje se tratará) sino el simple hecho de separarse por unas horas, como para acudir al colegio o si sus padres deben ausentarse un rato de casa por trabajo.
Las señales para detectar la ansiedad infantil pueden ser muchas, entre ellas:
- Señales físicas:
- Falta de apetito, sobre todo fuera de su hogar (en la escuela o incluso en casas ajenas a la suya).
- Tiene una energía exagerada. Se ve inquieto, incansable, distraído o hiperactivo (sin necesidad de tener TDAH).
- Suele tener dolores de estómago o de cabeza.
- Tiembla o suda en situaciones intimidantes
- Tensa los músculos muy a menudo.
- Sufre de insomnio o le cuesta coger el sueño.
- No quiere ir a baños a menos que sea el de su casa.
- Sufre de bruxismo (rechina los dientes, dormido y/o despierto)
- Señales emocionales
- Se estresa, enfada o irrita sin motivos claros y con facilidad.
- Esta muy sensible y llora fácilmente.
- Siente miedo o malestar cuando lo dejan en algún lugar (escuela, guardería, casa de familiares).
- Sueña frecuentemente con perder a un ser querido.
- Necesita siempre la aprobación de un adulto y teme cometer errores.
- Tiene ataques de pánico.
- Señales de comportamiento:
- Intenta pasar desapercibido en actividades en clase para no tener que participar.
- Evita eventos sociales con otrxs niñxs, como cumpleaños, fiestas o actividades extraescolares.
- Siempre cree no poder hacer las cosas solo, aunque no tengan gran dificultad.
- Se queda sólx durante el almuerzo o recreo.
- Es extremadamente introvertido e interactúa poco con el resto.
- No quiere ir a la escuela/instituto.
- Se ve preocupado por el futuro o lo que pueda pasar con preguntas como: ¿Y si….?
- Tiene pataletas, berrinches o incluso crisis de ahogo.
Muchas veces su actitud incontrolable, su mirada triste o incluso su falta de ganas e ilusión por las cosas o por la vida, nos lleva a los progenitores a un estado de impotencia y/o desesperación, por no saber que está pasando ni cómo apoyarles.
¿De qué forma podemos ayudarles?
La mayoría de los problemas de ansiedad infantil, tienen su origen en el centro educativo, por lo que tener un contacto directo con su tutor/a para saber si el infante está teniendo problemas de comportamiento, de sociabilización o de aprendizaje, te ayudará a detectar la ansiedad y poder poner medios para solventarla.
- Hablar mucho con nuestrx hijx, invitándole a explicarte cualquier cosa que pueda estar afectándole, haciéndole saber que siempre estas y estarás ahí para defender sus derechos y necesidades.
A veces, que lxs niñxs se habrán y nos expliquen sus temores no es tarea fácil, así que explicarle tu misma/o tus vivencias, experiencias o tu día a día, puede ayudarle a entender ese momento como un intercambio contigo y abrirse a explicarte.
- No le juzgues. Es importante que se sienta con la tranquilidad y la confianza de explicarte cualquier cosa, sin miedo a decepcionarte o ser juzgadx. Pues de la mejor manera que podrás ayudarle será sabiendo, que le angustia realmente.
Así que respira, cuenta hasta 20 si hace falta y busca la mejor respuesta para darle a lo que sea que te haya explicado.
- Hay enfoques como la terapia cognitivo-conductual que relacionan la ansiedad infantil con creencias irracionales, donde por supuesto los pensamientos pueden ser la causa del malestar psicológico. Así que uno de los trabajos que suele hacerse ante este diagnóstico es detectar los pensamientos limitantes y sustituirlos por otros que le ayuden.
- Sé parte fundamental en su solución con tu implicación. Implicarte como madre/padre en su bienestar, ser parte activa de su mejora y estar atentx a sus necesidades y/o carencias, le harán sentir segurx, contenidx y atendidx, grandes características para superar sus miedos, limitaciones y frustraciones.
En este punto, una terapia que da grandes resultados y te permite a ti como progenitor, no sólo implicarte, sino tener una herramienta para solventar el problema es la Reflexología Podal. Con la reflexología infantil serás capaz de acompañarle y atenderle, aportándole relajación, tranquilidad y una forma física de liberar las emociones que le están perjudicando.
Hay grandes profesionales de la reflexología que podrían ayudarle, pero personalmente y por mi experiencia tanto profesional como personal, te aconsejo que seas tu mismx quien aprenda esta efectiva terapía y se la hagas siempre que lo necesite desde vuestro propio hogar.
Es una terapia muy sencilla de aprender y como te comentaba anteriormente, tu implicación en su proceso, será en gran parte, responsable de su mejora.
Con este curso digital te enseñaré de forma rápida, fácil y amena, como ayudarle con la reflexología infantil en sus problemas de ansiedad y/o estrés.
Cora Costa Hinojosa