Inducción al parto

¿Te han propuesto o recomendado inducirte el parto? ¿Te has encontrado con esta “amenaza” o con la  situación de tener que defender vuestros tiempos?

Cada vez que me llama una mujer gestante para que la ayude a inducir el nacimiento de su bebé con la reflexología podal me halaga por supuesto, pero también me hierve la sangre.

Me apena mucho que estén asustando o disgustando a las embarazadas y les amarguen los últimos días o semanas de su embarazo.

No me cabe en la cabeza, por más años que lleve en el mundo del nacimiento, como algunos profesionales de la salud materna aún no han entendido que el único que sabe realmente cuando está preparado/a para nacer es el/la BEBÉ y que cada bebé tiene su ritmo y su momento.

Me rechina escuchar decir “por protocolo se debe inducir”. Lo siento, pero a mi es que los protocolos…Cada mujer es diferente, cada embarazo es distinto y cada bebé es único/a.

Cabe decir además, que cada hospital tiene un protocolo distinto dependiendo del equipo médico que lo haya elaborado, por lo que «su suerte» siempre dependerá del centro donde vayas a parir…

Soy consciente de que hay casos, no lo niego ni lo pongo en duda, en que es posible que algún bebé se estanque o suceda alguna complicación y necesiten ayudarlo para nacer pero, por norma general como se suele hacer no, no es así y no debería suceder ni vivirse como algo normal.

 

Muchos profesionales se basan en estadísticas o actuaciones protocolarias, pero ¿deberíamos tratar a todas las mujeres de 40 semanas de gestación por igual?

Digo mujeres de 40 semanas por decir algo, pero me han llamado incluso mujeres que sin estar teniendo un embarazo de riesgo y estando todo correcto, le han recomendado inducirle en la semana 39 porque así el bebé se acabará de nutrir mejor afuera. Perdón?!

Si yo me hubiera puesto en manos de un hospital (dependiendo el que fuese, ya que hay hospitales o mejor dicho, profesionales atendiendo en los hospitales, la mar de respetuosos), seguramente hubieran querido inducirme a mi hija pequeña. Y si yo no hubiera sabido nada del tema, me hubiera dejado seguro.

Gaia, mi hija de ahora 3 años, nació en la semana 42+5, había salido de cuentas hacía casi 3 semanas cuando ella sintió que ya estaba preparada para nacer y se puso en marcha.  Gaia pesó 2500kg al nacer, era muy chiquita y al verla, entendí que cuando para el resto de personas, yo había salido de cuentas, para ella aún era pronto y necesitaba acabar de cuajarse.

Por mi experiencia y confianza en la vida y también por la confianza de Mireia, la matrona que me acompaño durante mi embarazo, le respetamos su ritmo y su momento y dejamos que fuese ella quien decidiera salir cuando así lo sintiera.

Pero, ¿Qué pasa con las mujeres que confían en sus especialistas? ¿Qué pasa si nadie las alienta a confiar en ellas, en sus bebés y en la sabiduría de la naturaleza y el cuerpo? ¿Qué pasa si en vez de ánimo, respeto y tranquilidad las llenan de miedos y dudas?

Por supuesto ninguna madre quiere arriesgarse a que a su bebé le pase nada malo y si el especialista le dice que el bebé tiene que salir porque ya no le está llegando bien el alimento o porque fuera se nutrirá mejor o porque está mal posicionado…no dudarán en su palabra y se dejarán inducir y eso, precisamente eso, es lo que tanto me apena.

Me entristece que estén forzando una situación que la mayoría de veces no tiene justificación real.

Me entristece que se atemorice a las madres y les angustien los últimos días de su embarazo haciéndoles creer que sus bebes corren peligro dentro de ellas.

Pero sobre todo me entristece que no se tenga en cuenta al bebé, el mayor protagonista de esta historia y lo que realmente necesita y merece.

Que se desconozcan los efectos colaterales y emocionales que una inducción deja a los implicados, los cuales te aseguro son perjudiciales y duraderos, no significa que no los haya…

 

¿Qué podemos hacer para intentar evitar una inducción medicalizada?

Si no hay más remedio y la madre está asustada o el personal sanitario que está llevando el embarazo ya no quiere dar más tiempo a ese bebé, siempre podemos probar de inducir el parto con la reflexología podal.

Por supuesto se precisa una reflexóloga especializada en la reflexología para la maternidad y con años de experiencia y desde luego se debe tener en cuenta que, la reflexología puede ser exitosa o no, al igual que las inducciones medicalizadas que no pueden garantizar el resultado esperado.

Personalmente el 95% de las inducciones naturales que yo misma he realizado han sido positivas y el bebé ha comenzado su trabajo de nacimiento, por lo que confío en mis manos y mi larga experiencia con la reflexología.

Por ese motivo, agradezco a la vida cuando una mamá a la que quieren inducir me contacta y se pone en mis manos, pues siempre será mucho mejor inducir de una forma natural y amorosa que de una manera tan medicalizada y fría pero, no por eso deja de ser una intervención en la decisión y necesidad del bebé y eso también me gusta dejarlo claro cuando realizo el trabajo, por lo que aconsejo que se hable mucho con el/la bebé, explicándole el porque de nuestra intervención, disculpándome por ella y dándole la posibilidad de comenzar el trabajo el/ella mismo/a, para lo que se lleva preparando durante tantos meses.

Cora Costa Hinojosa

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