Tu tranquilidad o angustia es la suya

The girl is depressed on a white bed and has a gray cement wall background.

Tomar conciencia de que nuestros hijos/as aprenden a vivir la vida a través nuestro y que somos sus modelos a seguir, es fundamental para su bienestar y confort.

Soy totalmente consciente del difícil momento que estamos viviendo con la crisis de esta pandemia, lo complicado que debe resultar a la mayoría de las personas estar encerradas las 24 horas del día en un piso, sin terraza ni balcón y tener que gestionar no sólo nuestras emociones sino también las de nuestros/as hijos/as.

Nosotras/os al menos podemos poner palabras a lo que estamos sintiendo, podemos estar enfadadas/os y encontrar culpables por estarlo e intentar buscar la manera de tranquilizarnos o seguir alimentando nuestro enfado, nuestro miedo y nuestra tristeza, viendo las noticias y escuchando los telediarios, esos que día tras día repiten lo mismo, la cantidad de infectados y de muertos que ha habido….

Pero la mayoría de nuestros hijos no tienen esa capacidad, pues aún son pequeños y sólo entienden de emociones y sentimientos, y el 90% de las veces, no son ni suyos, sino nuestros.

Un/a niño/a cuando está enfermo puede sentirse mal pero sólo se preocupa si ve a su madre o padre preocupados por él/ella. Cuando rompe algo, lo primero que hace es observar nuestra reacción y depende de la cara que nos vea se asusta o se queda tranquilo/a.

Cuando nos ve llorar, le cambia la cara y nos pregunta (si ya sabe hablar) que nos pasa y también se pone triste porque su pilar (mamá o papá) está triste….

Es el desarrollo emocional normal que tienen los niños y niñas, aprender de emociones y como se gestionan a través nuestro

Si mamá se asusta, será porque algo pasa. Si se preocupa, será grave y si se enfada es porque está mal…

Por eso, como padres tenemos la obligación, sobretodo en esta situación que estamos viviendo en la actualidad, de llevarla lo mejor posible, por ellos, porque ya bastante tienen con todo a lo que les están privando, como para encima tener que vivir preocupados o angustiados por una situación, en la que por desgracia, no tienen capacidad de invertir.

Como adultos, podemos sentir miedo, incertidumbre, rabia, tristeza, etc… pero podemos disimular y sonreír delante de ellos o buscar las mejores palabras para explicarles lo que está sucediendo.

Desde que empezó esta situación no he podido evitar tener en mi cabeza una película que me marcó muchísimo y vi por primera vez hará unos 10 años: La vida es bella.

Imagino que la habrás visto pero por si no has tenido el placer, te contaré que es una película italiana dirigida y protagonizada por Roberto Benigni que narra la historia de un padre judío que en plena II Guerra Mundial, inventa todas las historias y juegos que se le ocurren para que su hijo no sienta el temor del lugar donde se encuentran, un campo de concentración nazi.

No pretendo ni mucho menos comparar experiencias pero, si recordaros un recurso o un modo de actuar para hacer que nuestros hijos sientan esta situación lo menos grave posible.

Muchas veces, en la vida cotidiana, dejando este periodo al margen, habrán situaciones en las que no podremos evitar sentirnos tristes, enfadados, asustados….y son sentimientos importantes de tener, no quiero decir lo contrario, pues forman parte de la vida y reconocerlos, aceptarlos y aprender de ellos, es parte fundamental de nuestro camino pero, también es importante aprender recursos para poder gestionarlos y que nos ayuden a no quedarnos enganchados a lo negativo y seguir adelante.

Hablar con ellos, ayudarles a poner palabras a lo que están sintiendo, permitirles que expresen su opinión y orientarles hacia una más tranquila gestión de sus emociones cuando estas sean negativas, será un gran beneficio para él/ella y para ti como madre/padre.

Hoy en día sobretodo y gracias a internet, tenemos a nuestro alcance muchísimos recursos para gestionar nuestras emociones: la respiración (una maravillosa y poderosa herramienta), la meditación, las visualizaciones, el yoga y por supuesto una terapia con la que podrás acercarte a tus hijos y ofrecerles contacto y contención como es la reflexología intantil.

Nuestros hijos e hijas merecen que les enseñemos estos recursos, merecen que hablemos con ellos de emociones, pues estas están en el día a día de nuestra vida y merecen saber que cuando estás no son positivas, hay modos a su alcance para auto equilibrar su armonía.

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